Por la fecha 22 del campeonato nacional, a las 16 horas de este sábado 28 de agosto saltaron a los pastos de un impecable Estadio Sausalito en Viña del Mar; Everton el local y San Luís de Quillota, lo que sumado a un clima primaveral muy agradable para la práctica del fútbol, parecían los ingredientes perfectos para ver un buen partido, y afortunadamente fue así, porque los próximos 90 mintuos estuvieron “llenos de emociones papá”, como diría un famoso relator nacional.
En el esquema inicial planteado por Nelson Acosta llamaba la atención el 3-4-3 con que paró a su equipo, y la exclusión de Mauro Guevgeozián. Mientras en la formación quillotana había un clásico 4-4-2, donde sorprendió también la salida de la titularidad de Pierani por el recientemente contratado Hernán “látigo” Peirone.
Los primeros minutos del encuentro fueron muy parejos. Por un lado vieron a los quillotanos tomando la iniciativa, básicamente a través de la gran sociedad de Mathías Vidangossy con Cristián Uribe, buscando los rápidos arranques de Soto y Peirone. Así a los 4’ minutos una exquisita jugada personal de Mathías terminó con su remate levemente desviado del arco defendido por Gustavo Dalssaso. Por su aldo Everton también se jugaba en ofensiva, pero sin claridad, por lo que intentaron abrir el marcador con un remate desde lejos de Lucas Nanías en el minuto 7’, pero el balón se fue desviado. Así el compromiso ganó gran dinamismo, y parecía que la diferencia se marcaría por la habilidad y rapidez de la parte ofensiva de los canarios o por el aprovechamiento de la lentitud de la propia zaga quillotana por parte de los atacantes ruleteros. A los 25’ se produjo una de las jugadas más claras para Everton, pues Cortés entró habilitado sólo en el área, pero se puso nervioso y la mandó a cualquier parte.
Claro que a los 35’ un gran arranque del niño Joel Soto por derecha sirve para que este saque un centro perfecto para Peirone que estaba sólo para definir por el palo izquierdo, pero decidió pivotear para Uribe que entraba, pero antes alcanzó a reaccionar Dalssaso y atenazó la bola.
Luego vino lo extraño, Don Nelson ordena dos cambios antes de terminar la primera etapa, el primero a los 37’ de Camilo Rencores por un evidentemente lesionado Hugo Díaz que en las prácticas ya había mostrado signos de la misma molestia. Y el segundo a los 42’, entro Nicolás Peñeilillo por Philipp Araos por razones que sólo el calvo entrenador conoce. Pero antes del segundo cambio San Luís había avisado otra vez mediante jugada personal de Mathíaz Vidangossy, el chico enganchó, se lleno de amagues, burló a dos defensas oro y cielo, y cuando parecía que se abría el marcado su remate se fue inesperadamente desviado. Terminaba la primera fracción con el gusto de que los quillotanos hacían mejor las cosas.
El segundo lapso no podía empezar mejor para los canarios, porque a los 3’ un gran pase de Joel Soto dejó sólo y con mucha ventaja a Hernán Peirone, que ante la salida de Dalsasso decide hacerle un globito y cuando se escuchaba el grito de gol en el codo del estadio donde estaba la hinchada visitante, apareció rápidamente y de la nada, como un fantasma, Fernando Saavedra para despejar esa pelota en la línea de gol, claro que al defensa viñamarino le costó un fuerte golpe tras caer por el impulso de cuerpo. A los 5’ otra vez San Luís con un remate de Soto desviado que desperdiga la gran jugada previa de Vidangossy. A los 10’ estuvo la gran polémica del partido y la única llegada de riesgo en el inicio del segundo tiempo para Everton, cuando Cristián Cortés entró sólo por la izquierda al área defendido por Palos, eso hasta que como casi todo el encuentro, Jorge “Potencia” Vargas, llego atrasado a la jugada e intentó arrastrarse para quitarle el balón, y lo logró, pero claramente con la mano, y nada dijo el juez Carlos Ulloa. En la banca quillotana se percatan de los constantes errores en definición de Soto y decide reemplazarlo por Mario Cáceres. Los canarios lo buscaron de todas formas, pero la impericia seguía presente, su control del partido era muy claro y merecían abrir la cuenta. Eso hasta que llegó el primer gol del partido, una gran jugada colectiva, la tocaron todos los amarillos, desde John Valladares en el fondo hasta el que anotó… Hernán Peirone, que de taquito mandó la pelota a las redes tras el centro arrastrado de Guillermo Pacheco (a mi juicio adelantado). De cualquier forma el resultado era justo para lo que veíamos los 3173 espectadores que llegamos a presenciar este encuentro. Pero San Luís bajo el ritmo en los últimos minutos, y a pesar de que Everton se mostraba muy desordenado, lograron el empate a 5’ del final, cuando una jugada por derecha terminó con el remate de Juan Bottaro, que se desvió en el defensa Patricio Pérez y se fue al fondo del arco. El resto del tiempo fue para los evertonianos que tuvieron la victoria en pies de Bottaro y Cortés, pero no lograron anotar.
Así culminó el partido 1 a 1, injusto porque el que hizo mejor las cosas fue San Luís de Quillota, pero como la experiencia se encarga de recordarnos en el fúlbol la injusticia no existe. Los canarios siguen últimos ahora con 14 puntos, y Everton queda con 24, aunque tiene dos partidos pendientes. Para terminar decir que otra sorpresa fue el cántico de la hinchada ruletera que ya vitorea “¡Oooohhhhhh… Acosta ya se vaaaa!”.
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