Por fin llegó el clásico porteño, Everton de Viña de Mar contra Santiago Wanderers de Valparaíso, un partido de los más esperados en el campeonato, un duelo que ya se ha producido en 152 ocasiones desde 1916: con 58 triunfos para los ‘oro y cielo’ y 55 para los ‘caturros’, y que lamentablemente se produce con ambos clubes disputando la parte baja del campeonato. Por lo mismo la premisa de los ruleteros era ganar y zafar de la zona de descenso directo en la que se encuentran actualmente, mientras que los porteños con la victoria podían comenzar a dejar en el camino la pesadilla de la promoción de descenso, y comenzara plantearse nuevas metas.
Los equipos se dieron cita a las 16 horas bajo un calor intenso, la visita de 7813 personas, y sin antes homenajear por parte de la institución viñamarina a las gladiadoras vicecampeones de la Copa Libertadores femenina. El partido comenzó con todo, y es que una buena llegada por derecha en el minuto 0’ terminó en un peligroso tiro libre que hizo efectivo Maximiliano Ceratto, y encontró con tiempo y espacio a Guevgeozian, pero el armenio desvió. Inmediatamente después una contra pintaba excelente para Wanderers vía Carlos Muñoz, pero cuando este comenzaba la diagonal al arco, lo frenaron limpiamente. Así fueron los primeros 20 minutos, con llegadas para uno y otro, pero luego se comenzó a notar el mayor manejo del balón por parte de los ahora dirigidos por Diego Ossella. A los 25’ llegó una de las mejores oportunidades para los viñamarinos, cuando un buen desborde por derecha del 21 Maximiliano Ceratto terminó en una tole tole que pilló sólo a Fernando Saavedra, remató y rebotó en el cuerpo de un jugador verde, pero le quedó otra vez a mismo hombre y ahora el portero Reyes se quedó con el balón. Sin embargo pagaría caro todas las oportunidades como esa que no concretó, porque el que abrió el marcador fue Santiago Wanderers, cuando un centro de Moisés Villarroel que parecía intrascendente, cayó en el área y Gigena aguantó la posición aprovechando la pasividad del portero debutante en Everton, Sebastián Pérez, quien entre salir a cortar y quedarse en el área no hizo “ni fu ni fa” y el “buffalo” con una especie de tijera le hizo globoy la mandó a guardar en el minuto 40. Luego de ello el partido decreció en intensidad, el 11 de Ossella se desordenó y Wanderers aprovechaba la velocidad de sus laterales para desbordar a partir de pelotazos profundos. Así antes de que terminara el primer tiempo el juez del compromiso, el internacion al Pablo Pozo, no cobró un penal claro cuando Carlos Muñoz desbordaba por derecha y entraba sólo al área presto a marcar el segundo tanto porteño.
En el segundo la tendencia siguió, Everton tenía la pelota, pero no era capaz de mandarla a guardar, por lo que el DT Ossella dispuso a los 55’ el cambio de Sebastián Montesinos por Gabriel Cárcamo, demostrando que iban a arriesgar aunque le costara sacrificar piezas defensivas. Pero vino el segundo golpe de knock out para los evertonianos, puesto que un hombre reconocido por ser hombre de clásicos, Carlos Muños, a los 60’ recibió perfecto un excelente cambio de frente de iquierda a derecha de José Luís Jiménez y marcó el 2 a 0, tanto con el cual el porteño ya se acerca a los líderes de la tabla de goleadores con 15 tantos, Olivi de Audax y ‘Palote’ Olivera ex azul (aunque usted no lo crea) que tienen 16 dianas. Everton se volcó completamente en búsqueda del descuento, a esas alturas ya sin escatimar en consecuencias defensivas, pero Maximiliano Ceratto y Gabriel Cárcamo que fueron los más destacados no contaron con una buena tarde de sus compañeros, especialmente de Guevgeozean que no pudo mandar al arco ninguna de sus claras llegadas, y desperdició los buenos centros a partir de corners que se generaba su club, mandándola siempre por sobre el travesaño.
Y así se fue el partido. El plantel porteño le dedicó el triunfo una vez terminado el dueloa la hinchada que llegó en masa a apoyar al club de sus amores, y se fueron a celebrar con ellos. Un triunfo rehabilitador para los wanderinos, que se sacan de encima el fantasma del descenso y pueden comenzar a soñar con nuevas metas, mientras que la parte obscura de la historia la tiene Everton que se hunde aún más en el descenso directo, tomando en cuenta que San Luís, S. Morning ni Ñublense han jugado aún. Respecto del cara a cara parece que la paternidad evertoniana ya tiene fecha de caducidad, puesto que ahora sólo los separan 2 triunfos, y la tendencia de los últimos 11 partidos en primera división entre sí (desde el 2006) dice que Wanderers sólo ha perdido una vez. Misión cumplida para los dirigidos de Jorge Garcés que al término de la jornada sabatina suben hasta la 10ª posición con 34 puntos, mientras que Everton tiene una difícil lucha por delante, zafar del descenso, pues se consolida en la 17ª plaza con 26 unidades.
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